Abelardo Enrique Zambrano Sánchez

Abelardo Enrique Zambrano Sánchez

Publications Manager Job City

Especialista Gerencia Logística, Comunicador Social, Administrador de empresas.

Mira con los ojos de otro, escucha con los ojos de otro y siente con el corazón de otro. (Alfred Adler)

Hay una característica que va más allá de las métricas y los resultados: la empatía. Cuando un líder muestra empatía, no solo está desempeñando su función, sino que también está evidenciando su valor más humano.

¿Qué es la empatía? La RAE define la empatía como la capacidad de identificarse y conectarse con alguien y compartir sus emociones, pero la verdad es que trasciende estas definiciones. Este término se deriva del griego, empátheia, que significa «emocionado». A comienzos del siglo XX, el campo de la psicología decidió adoptar este término y expandir su significado original: actualmente es considerada el componente más importante y relevante de la inteligencia emocional.

La capacidad de entender y compartir los sentimientos de los demás, el propósito de comprender el estado emocional del otro. La empatía nos facilita discernir sobre el estado de la persona desde su punto de vista e interpretar la condición de la otra persona desde su perspectiva en vez de la nuestra. Es una destreza vital que facilita las relaciones sociales y profesionales, fomenta el autoconocimiento y contribuye a un mundo equitativo y pacífico. Es imprescindible la empatía para manifestar la compasión (la motivación para intervenir ante el dolor de los demás).

Es importante resaltar que ser empático no es lo mismo que ser simpático. Son conceptos diferentes, ya que se puede sentir simpatía por un desconocido que haya atravesado por una o dos circunstancias similares a algunas que se hayan experimentado en carne propia. La empatía trasciende; se trata de conectar genuinamente con el sentir del otro y, por ello, resulta crucial aprender a gestionar las emociones que esto puede provocar.

La empatía nos asegura el establecimiento de relaciones saludables. Se crean relaciones interpersonales cómodas y sencillas, gracias a la conexión emocional. Nos permite evitar a juzgar a la persona y comprenderla desde una perspectiva mucho más integral. Esto nos permite ser respetuosos con el otro.

La empatía es crucial para el bienestar mental y físico; es el núcleo del cuidado y facilita la comunicación y las relaciones sociales y laborales saludables. Las personas empáticas tienen más conciencia de sí mismas y son más sensibles a los demás. Nos permite, literalmente, entender el estado de emociones de los demás y nos conduce a una conducta más solidaria, especialmente con aquellos que no pertenecen a nuestra comunidad.

Es importante recordar y tener presente que la empatía se aprende. No se nace siendo empático. Los niños tienen dificultades para reconocer propios sentimientos y, cuando no logran identificar lo que les sucede, sus instintos primarios los llevan a llorar o a enojarse.

Los 4 tipos de empatía (y sus características)

Con certeza, la empatía es uno de los conceptos más frecuentemente utilizados en la ciencia contemporánea. La mayoría de individuos lo utilizan como una palabra más dentro de su acervo lingüístico, para describir el modo en que otros (o ellas mismas) suelen involucrarse emocionalmente en sus relaciones.

Sin embargo, la empatía es un fenómeno sumamente intrincado, con profundas raíces que se hunden en la historia filogenética del ser humano. Es innegable que, sin su presencia, no habríamos alcanzado el grado de desarrollo social (y de cooperación) que nos ha facilitado llegar hasta aquí.

1. Empatía cognitiva

Es la empatía limitada en la que únicamente adoptamos y aceptamos la perspectiva del otro, lo que significa que podemos ponernos en sus zapatos y que surge de un entendimiento intelectual. La empatía cognitiva es el nombre que se ha asignado por consenso a la primera fase del proceso: el reconocimiento del estado mental de nuestro interlocutor. Basándonos en contenidos verbales (testimonios, confesiones, etc.) y no verbales (gesticulaciones faciales, por ejemplo) que el otro emite durante la interacción, se activan en nuestro cerebro estructuras profundas y muy básicas, que tienen el objetivo de codificar la información de tipo social, reconociendo en el mismo acto (a través de inferencias) qué es lo que transita por la mente de quien está frente a nosotros.

2. Empatía emocional

Capacidad que tiene una persona para comprender y experimentar las emociones ajenas como si fueran propias. Básicamente, facilita la conexión emocional con los demás. La empatía emocional demanda que, en primer lugar, seamos capaces de «captar» cognitivamente la vivencia del otro. Una vez logrado esto, se progresa hacia un segundo nivel de elaboración, donde las dimensiones emocionales se erigen como un faro en el inmenso mar de las vidas interiores. En términos generales, esta forma de empatía nos proporciona la capacidad para ser sensibles a las emociones ajenas, esencial para reaccionar de manera apropiada ante las exigencias que se demandan en el ámbito de lo privado.

Así pues, la empatía emocional trasciende la mera empatía cognitiva, pues nos facilita entender e incluso experimentar en nuestra piel los estados emocionales ajenos, pero no necesariamente experimentar compasión por ellos.

3.  Empatía compasiva

Es cuando alguien puede comprender las circunstancias por las que atraviesa una persona, y además, experimenta el deseo genuino de ayudar. Por lo tanto, no solo entiende lo que una persona está experimentando, sino que también muestra la disposición activa de ayudarlo.

Si hay algo que el mundo necesita, es más empatía compasiva. Conversamos sobre esa dimensión, en la que no podemos quedarnos únicamente con el sentimiento que comprende, la emoción que conecta y el corazón capaz de conmoverse. Nos referimos a la acción de aquellos que se comprometen y deciden ayudar, de aquellos que se atreven a transformar la realidad del otro para brindarle apoyo, afecto y un auténtico bienestar.

Lewis Carroll afirmaba que uno de los secretos de esta vida es comprender que nos encontramos en este mundo para algo más que simplemente existir. El ser humano también está presente para ayudar, para que cada individuo, desde su propio aporte y disposición, transforme esta realidad en un lugar un poco más digno, un poco más hermoso. No obstante, admitámoslo, en ocasiones resulta complicado.

Características de las personas empáticas

Capacidad de escucha activa: los individuos empáticos son capaces de escuchar atentamente lo que los demás tienen para expresar, además de que reflexionan sobre lo que el otro les cuenta. La escucha activa va más allá de oír lo que nos dicen. Es la habilidad para estar presente en el diálogo, prestar atención especial y analizar lo que se escucha para comprender el significado real de las palabras.

Miran al otro: Suelen mantener contacto visual mientras hablan.

Gran sensibilidad emocional: La sensibilidad es un rasgo que permite ser muy perceptivo y altamente sensible con las emociones y necesidades de los demás. Las personas con mayor sensibilidad son capaces de percibir acciones no verbales como las expresiones faciales, los gestos, las miradas o el tono de voz para entender las emociones del otro.

Son muy atentos: Siempre tratan de ayudar a aquellos que los necesiten tanto como sean capaces. Las personas empáticas tienen tendencia a ser generosos y estar muy dispuestos a asistir a los demás. Se enfocan por hacer el bien a los que le rodean, tratando de esta manera mejorar así la vida de estos.

Son tolerantes: Son capaces de acoger, aceptar, valorar y respetar las emociones y sentimientos de los demás, incluso si no los comparten.

Son intuitivos: La empatía está fuertemente relacionada con un adecuado desarrollo de la intuición y la percepción, atributos que permiten la identificación de las necesidades del otro, incluso aun cuando no hayan sido expresadas de manera verbal.

Beneficios de ser empático

01. PROMUEVE LA SINTONÍA EMOCIONAL

Las personas empáticas establecen una rápida conexión con los demás, logrando hacer sentir cómodos a la gran mayoría y consiguiendo que las relaciones interpersonales parezcan más fáciles. La empatía facilita comprender mejor lo que los demás sienten y piensan; y con ello se logran construir mejores vínculos sociales, que, según investigaciones realizadas, mejoran el bienestar físico y mental de las personas.

02. NOS AYUDA A SER MÁS OBJETIVOS Y EQUITATIVOS

Mantener la ecuanimidad, sin impregnarse de la emoción ajena (simpatía), contribuye a ir más allá del prejuicio aparente y a comprender al individuo desde una perspectiva mucho más integral. Mejora la resolución de conflictos. La empatía trae aparejada la idea innata de serenidad y de un no confortamiento. Al estar dispuestos a una comunicación asertiva en la que se comprenden y aceptan diferentes puntos de vista, la resolución de conflictos viene por decantación. La empatía aspira a armonizar, vincular y solucionar de manera pacífica.

03. NOS DESCRIBE COMO PERSONAS RESPETABLES Y RESPETUOSAS.

La forma más efectiva de obtener el respeto de los demás es demostrándolo nosotros mismos, aún a pesar de nuestras posibles divergencias con las perspectivas que nuestros interlocutores puedan presentar.

04. MEJORA LA AUTOESTIMA Y ESTIMULA NUESTRO APRENDIZAJE.

Sentir que provocamos un efecto positivo en los demás actúa como un potente fortalecedor personal. Además, el ejercicio de la empatía nos brinda la oportunidad de aprender de la perspectiva del otro, enriqueciendo la visión de la realidad desde diferentes puntos de vista.

05. TRANSMITE GENEROSIDAD.

Los individuos que muestran empatía se orientan a la colaboración y gozan de mayor triunfo en sus grupos de referencia. Funcionan como potentes catalizadores del cambio al influir en otros para lograr metas compartidas. Cuando se es empático y se ayuda a las demás personas, se incrementa la probabilidad de que obtengamos ayuda de otros. Al experimentar empatía, somos capaces de identificar las necesidades de los que nos rodean y sentimos ganas de contribuir a aliviar su sufrimiento.

06. CONSOLIDA LAS RELACIONES PROFESIONALES Y LAS MANTIENE EN EL TIEMPO

Actuar empáticamente aumenta la fortaleza de los vínculos. Este factor adquiere una relevancia singular en la negociación. También en situaciones en las cuales es preciso sellar alianzas a corto, medio y largo plazo basadas en la confianza.

07. OFRECE NUESTRA VERTIENTE MÁS PACÍFICA Y CONSTRUCTIVA.

Ser empático con los demás también contribuye a regular de manera más efectiva nuestras propias emociones. Poseer desarrolladas habilidades de autorregulación impacta en la manera como reaccionamos ante las emociones ajenas.

08. MEJORA LA CAPACIDAD DE LIDERAZGO

Un líder es un individuo que tiene la capacidad de influir en los demás, orientándolos hacia el logro de una meta específica. Para alcanzar dicho fin, es imprescindible ser empático, pues es necesario conocer y comprender las intenciones, motivaciones y los anhelos de las personas a las que se busca persuadir y liderar.

Para finalizar:

El término empatía proviene de los vocablos griegos «dentro de él» y «sentimientos». Sus orígenes ya nos permiten vislumbrar el significado de este término: a grandes rasgos, es la capacidad que posee todo ser humano (otra cosa es que la tenga trabajada y la ponga en funcionamiento) de ponerse en la situación del otro. En otras palabras, como suele decirse coloquialmente, «ponerse en los zapatos del otro».

En vocabulario más complejo o evolucionado, podríamos definir la empatía como la capacidad de comprender la vida emocional y la complejidad de la misma en otros individuos. La empatía es una destreza capaz de transformar a las personas y de tener un impacto positivo en los desenlaces de cualquier vivencia. Sin embargo, para alcanzar este punto y poder comprender la vida emocional de los demás, es necesario aterrizarlo mucho más y empezar por el principio, por la base.

La empatía posee muchos aspectos positivos en nuestro día a día. Poseemos destrezas que nos permiten con más facilidad mantener las relaciones interpersonales y nos permiten entender a los demás.

Las competencias sociales contribuyen a generar un ambiente social propicio para el trabajo en equipo productivo y gratificante. La empatía facilita una mejor interacción con las personas a tu alrededor, familiares, amigos, seres queridos o colegas de trabajo; y potencia los vínculos con quienes interactúas, aunque sean poco comunes.

Practicar la empatía provoca que los demás se sientan entendidos y considerados, lo que puede fomentar que también sientan empatía hacia ti, mejorando la conexión y las relaciones tanto personales como laborales y sociales.

La empatía se ha convertido en una habilidad fundamental en estos tiempos tan difíciles que nos toca enfrentar. Los beneficios de ser empático son muchos y merece la pena esforzarse por una comunicación franca, fluida y dinámica con las personas que nos rodean.

Acercarnos a los demás desde una perspectiva diferente a la de superioridad o desprecio es una actitud que puede transformar el mundo. Requerimos una mayor presencia de este vínculo con el prójimo para que las sociedades evolucionen hacia formas de colaboración que trasciendan el odio y las luchas de poder. ¡Anímate a ser más empático!

Ser empático es ver el mundo con los ojos del otro, y no ver nuestro mundo reflejado en los ojos de él. (Carl Rogers)