El boom del Teletrabajo

El teletrabajo y el impacto en la vida diaria de las personas

En estos tiempos de aislamiento, pandemia y restricciones es muy común escuchar las palabras “teletrabajo, trabajo en casa, cumplimiento de horas extras, estrés” y un sin número de términos que hasta la fecha no eran muy comunes en nuestro léxico colombiano, no se puede negar que en nuestro país existían algunas compañías que trabajaban bajo esta modalidad, pero eran muy pocas, y si lo hacían se tenía la creencia que eran multinacionales o trabajos de muy poca seriedad. Para conocer un poco más, debemos saber que significa, de donde surgió y sus ventajas y desventajas, porque todo suena muy bonito y beneficioso para ambas partes, tanto empleado como empleador. Y es ahí donde nos preguntamos ¿Realmente esta nueva modalidad de trabajo, traerá consigo aspectos positivos para nuestra vida o será una nueva forma sutil de esclavizar a los grupos de interés y disfrazarla de beneficios? A medida que vayamos conociendo más de este tema, las respuestas hablaran por si solas y en muchos casos nos sorprenderemos de los resultados, tal vez sean buenos o susceptibles a replantearlos.

El inicio del Teletrabajo surge en Europa y Estados Unidos desde finales de los ochenta y comienzo de los noventa. Aunque ya empezando los setenta, debido la crisis energética, los propietarios de fábricas y empresas industriales habían revisado esta alternativa para evitar los desplazamientos físicos de los empleados y la minimización de costos fijos. Luego el concepto reapareció en las universidades que impartían formación en áreas administrativas desde la perspectiva de flexibilizar el trabajo y de las empresas adaptarse a los cambios del mercado. Las primeras iniciativas del teletrabajo la hicieron en 1947 los canadienses Brown y Leaver, en la que predecían fábricas totalmente automatizadas, en las que la obra humana estaría en centros de control dónde las máquinas avisarían en caso de la existencia de problemas que ellas no pudieran solucionar demasiado ambicioso y desafiante para la industria que hasta ahora empezaba a experimentar esta nueva tendencia laboral. Además era una atractiva forma de capitalizar sin necesidad de gastar mucho en recursos físicos y económicos, teniendo en cuenta que para esta época, estamos hablando del 2001 donde se presentaron acontecimientos de tipo internacional como el atentado a las torres gemelas y las epidemias como el ántrax y la gripe AH1N1, afianzaron al teletrabajo como una solución en momentos de crisis, adicionalmente proporcionaba oportunidades únicas de vinculación internacional, al permitir exportar trabajo, sin ‘exportar’ a las personas que realizan ciertas tareas específicas y de alto conocimiento técnico, evitar la problemática de la ilegalidad y la fuga de cerebros altamente calificados que emigran en busca de mejores oportunidades.

En Colombia, el teletrabajo se encuentra definido en la Ley 1221 de 2008 como una forma de organización laboral, que consiste en el desempeño de actividades remuneradas o prestación de servicios a terceros utilizando como soporte las tecnologías de la información y comunicación -TIC- para el contacto entre el trabajador y la empresa, sin requerirse la presencia física del trabajador en un sitio específico de trabajo. (Artículo 2, Ley 1221 de 2008).

Es necesario conocer más a fondo el teletrabajo, no basta con saber la normatividad y la ley que lo establece, además tenemos que saber que a partir de ahora, esta va  a ser nuestro nuevo panorama para bien o para mal. El teletrabajo es una actividad laboral que se lleva a cabo fuera de la organización en la que se encuentran centralizados todos los procesos de negocio a través del uso de las tecnologías para facilitar la comunicación entre las partes sin necesidad de estar en un lugar físico para el óptimo cumplimiento de sus funciones, además de ser una nueva forma de relación laboral trabajador-empleador. Por lo tanto es  importante conocer que practicas, no tipifican el teletrabajo, entre ellas tenemos que no es una profesión, un call center, manufactura en casa, el cliking en sitios web, llenar encuestas en internet, el envío de correos electrónicos referidos, ofrecer cupos de vacaciones por correo ni mucho menos toda actividad del estilo “¡Gane dinero fácil ya!”. Todo suena muy viable y fácil de aplicar pero en realidad esta nueva modalidad de trabajo trae consigo muchos impactos tanto para el empleado como para la familia. Podríamos decir, que para la sociedad encontramos algunas ventajas como una movilidad sostenible, promueve la innovación organizacional, reduce el consumo de combustible y emisión de gases contaminantes. Ahora miremos para el empleado y su núcleo familiar que repercusiones positivas traerá, estas pueden ser: mejorar la calidad de vida en cuanto al tiempo que puede disfrutar con su familia, la flexibilidad de tiempo al no tener que movilizarse a un sitio de trabajo, permite el ahorro de dinero, genera mayor autonomía, mejora la salud y facilita la tele formación.

También es una vía para el desarrollo sostenible en el planeta, puesto que con esta modalidad se puede disminuir el impacto climático, los Gases Efecto Invernadero (GEI) y la reducción de la huella de Carbono que ocasiona el uso del transporte público y privado. Todo lo anterior muy positivo para nosotros, pero que sucede cuando el Teletrabajo se convierte en una nueva forma de esclavizar a las personas, en el caso en que las empresas abusen de esta modalidad y requieran que el empleado esté en todo momento respondiendo correos, llamadas y reuniones en donde exceden horas e incluso tengan que sacrificar fines de semana y calidad de tiempo en familia, en fin un arma de doble filo, que lleva a replantearse si en realidad es una buena opción para la fuerza laboral. De allí se hace necesario tener reglas claras que vayan de la mano con la ley 1221 de 2008 y el Decreto 884 de 2012 que es el encargado de la regulación del Teletrabajo en Colombia.

Para las familias, el Teletrabajo es un desafío enorme, que involucra a todos los miembros que la conforman especialmente a las madres que aunque suene a frase de cajón es donde recae toda la responsabilidad de la crianza de los hijos, puesto que en consecuencia a la pandemia las clases se han  encaminado a la virtualidad y ellas deben ayudar a sus hijos en las actividades escolares, en muchos casos cuentan con el apoyo de su pareja o de otras personas, pero cuando no hay esta ayuda se convierte en un problema que puede afectar su productividad laboral y lo más grave su salud física y emocional.

Durante estos meses de confinamiento, trabajo en casa y clases virtuales he escuchado un sin número de opiniones acerca de trabajar desde casa, algunas sin fundamento y otras que valen la pena tener en cuenta, entre ellas, una que me llamo mucho la atención, en donde una madre de familia argumentaba que se sentía abrumada, estresada y cansada, puesto que tenía que ayudar a sus hijos pequeños con las clases virtuales, ocuparse de algunos quehaceres domésticos, cumplir con sus funciones laborales e incluso atender llamadas de su jefe los fines de semana  y sacrificar su hora de almuerzo en reuniones interminables.

En resumen el teletrabajo puede considerarse una excelente opción, siempre y cuando no se pierda la interacción  de las personas, los eventos de bienestar laboral, las charlas y chistes a la hora del almuerzo con los compañeros de trabajo, por ello me parece que una opción válida que se trabaje un par de días en casa y los otros en la oficina, esto con el único objetivo de no perder la esencia de la vida que se trata de compartir y conocer los mundos de cada uno, por ello quisiera dejarle al lector una pregunta que tal vez la pueda interiorizar y dar respuesta desde su más íntima esencia.

 ¿Considera usted favorable o desfavorable el trabajo en casa?, ¡participa dejando tu comentario!